martes, 19 de abril de 2011

Principio del segundo capítulo del libro inexistente

La tarde estaba triste y gris aunque nada auguraba tristeza en la casa. Su hermana se había ido no sin antes recordarle mil veces que debía recoger el mantel y poner  todo en orden. En orden, siempre, todo en orden. A pesar de que sabía lo que tenía que hacer, su cuerpo seguía en el sillón. No era rebeldía sino apatía. Cuando volvieran, comenzaría la rutina: Hola, ¿Qué tal? ¿Y los estudios? Bien, bien, gracias, ¡Qué mayor te has hecho! Tendrás ya un mozalbete que te ronde, ¿No? No, no, ¡qué va!...

1 comentario:

  1. ¿Este es el libro que nos comentaste en clase?
    ¿El que estabas escribiendo?
    Parece bastante interesante... Espero que puedas terminarlo

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